Este blog está dedicado al relevamiento total de la obra del arquitecto de origen noruego Alejandro Christophersen en Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca, R.O.U. y Brasil.

Este catálogo on line, con fotos propias, de libros, revistas, diarios y planos, pertenece a una red de blogs patrimoniales hecha por vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que abarcan el período de arquitectura de autor entre 1880 a 1940.

Autor: Fabio Perlin (in memorian)

Administración y contacto: A. Machado y E. Güerri,

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viernes, 22 de octubre de 2010

Arq. Alejandro Christophersen / C.A.B.A / Av. Quintana y Ortiz / Vivienda particular del escritor Francisco Soto y Calvo (c.1908) / DEMOLIDA


Francisco Soto y Calvo, escritor y poeta argentino, nació en 1860 en el seno de una
familia terrateniente de ilustre apellido. Hijo de Etelvina Calvo y Juan José Soto
(publicista y político uruguayo),su esposa –la artista plástica María Obligado- era hermana del poeta Rafael Obligado.
Figura poco estimada por la crítica literaria contemporánea y hoy prácticamente
olvidada, de su extensa obra fueron publicados en París y en Buenos Aires,
numerosos libros en verso y prosa, como Nastasio (1899), Nostalgia (1901), El Demiurgo (1908), El genio de la raza (1900) y El Doctor Roque Sáenz Peña.

Ensayo de Biografía Sociológica (1910), entre otros.
La pertenencia de Soto y Calvo a los círculos más tradicionales no le impidió
dialogar -aunque ácidamente- con las nuevas tendencias literarias que surgían
hacia los años veinte. Además de algunos artículos y comentarios en la prensa,
dedica a ello sus libros Los poetas maullantinos en el Arca de Noé (1926), Índice y
fé de ratas de la nueva poesía americana (1927) y Exposición de zanahorias de la
actual poesía argentina (c. 1928) y algunos manuscritos inéditos.
Además de su obra original, Soto y Calvo se dedicó a lo largo de su vida a traducir
al español grandes obras de la literatura universal, tanto antiguas como modernas.
De sus traducciones vieron la luz Antología de poetas líricos brasileros (1922),
Joyario de Camoens (1924), Cien joyas de Byron (1924), Joyario de Poe (1926),
Astros. Los más grandes líricos del mundo occidental (1928) y Antología de poetas griegos (1929), entre otros títulos.
Colaborador habitual de los periódicos El Pueblo, El Debate y El Imparcial de San
Pedro, Soto y Calvo también publicó artículos en El Tribuno, de San Nicolás, Crítica y La Nación, así como en revistas literarias como Nosotros y Estudios.
A raíz de las apreciaciones del renombrado filólogo colombiano Rufino José Cuervo publicadas como Prólogo de su poema gauchesco Nastasio, se entabla una famosa polémica entre aquél y el español Juan Valera acerca del futuro de la lengua castellana en América, el criollismo en la literatura argentina y acerca del habla, los dialectos populares y la constitución del idioma nacional, debate que involucró a Ernesto Quesada y otros escritores argentinos.

Enfrentado hacia finales de su vida a cierta estrechez económica, sin haber dejado
descendencia, junto a su esposa decide donar su patrimonio (biblioteca, pinacoteca, muebles y objetos de museo) al estado, proponiendo al entonces presidente Agustín P. Justo a tales fines la creación de una Fundación que perpetuara su nombre y que funcionaría en su lugar de residencia, la Estancia La Ribera, Estación El Paraíso del FFCC Central Argentino. Según afirma Domingo Buonocuore(“Bibliófilos argentinos: Ezequiel Leguina, Dardo Rosado y Francisco Soto y Calvo” en Logos. Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, nº 13-14, 1977/78), Soto y Calvo había logrado reunir una enorme y valiosa biblioteca, a la que sumó en 1908 la colección de clásicos griegos y latinos que perteneciera a Manuel Idoyaga Molina, mentada como la más importante existente entonces en ese género. Si bien el ofrecimiento del matrimonio habría sido aceptado no llegó a concretarse, por lo que el destino de la biblioteca fue la dispersión a través de la venta, mediada por el librero Julio Suárez. Los manuscritos, en cambio, fueron depositados en la Biblioteca Nacional.
Un año antes de su muerte, ocurrida en septiembre de 1936, fue nombrado
miembro de número de la Academia Argentina de Letras, a la cual no llegó a
incorporarse debido a su precario estado de salud.

Datos extraidos de:http://www.bn.gov.ar/descargas/salas/guia_fsotoycalvo.pdf


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2 comentarios:

Agustin dijo...

Extraño diseño, a mi parecer bastante feo y poco armónico. Me extraña de Christophersen.

Anónimo dijo...

Mejor que el brutal edificio de los 70 que esta ahora era.