En el codo que hace Pasco llegando a la Av. Belgrano, allí a unos 5 metros de altura, sólo para ojos muy curiosos, está el homenaje de la S.C.A..
Merecido reconocimiento, aunque inalcanzable para transeúntes desprevenidos, que la Sociedad Central de Arquitectos le hiciera en 1947, a un año de su fallecimiento.
Lo "descubrió" un colaborador de éste blog, Alejandro Machado, simplemente porque estaba esperando el 95 y, aburrido, reparó en una placa entre los árboles, a una altura inverosímil.
Asi la S.C.A. rindió honores a uno de los arquitectos más importantes y exquisitos que decidió vivir y plasmar su obra en esta tierra y 2 veces presidente de la entidad.
Christophersen, que ayudó a construír a partir de su trabajo una Argentina llena de matices y colores deslumbrantes comentaba, casi al llegar la segunda década del siglo XX, como un gran visionario, un futurólogo loco o simplemente como alguien que vivió el torbellino diario del progreso..........
¡Un tétrico armazón de hierro o la intranquilizadora y desconcertante construcción de cemento armado que impúdica se levanta insultando al cielo!
No es ya la torre gótica que surge de la tierra con su elegante flecha como una plegaria que se eleva a Dios.
No.....; es un vulgar rascacielos, inmensa torre de Babel que alberga todas las razas del universo en una colosal confusión de lenguas.
¡Que lejos estamos de la modesta y tranquila arquitectura colonial de la cual pocos recuerdos quedan!
A.CHRISTOPHERSEN (1917)
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